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Si se tratara de llevar las recomendaciones para crear un emprendimiento digital a un solo verbo, probablemente, este sería desconfigurar. Otros complementos como olvidar y convulsionar también podrían resultar útiles, pues, en este camino de transformaciones, se hace necesario desprenderse de vicios del oficio que, históricamente, hemos interpretado como aprendizajes. Incluso, aunque pareciera obvio, se hace necesaria la reinterpretación y reinstalación de principios básicos, pero también olvidados del periodismo, como aquel que dicta: “primero las audiencias”.

En este capítulo, más que encontrar respuestas definitivas, intentamos recoger aprendizajes. Más que dar verdades absolutas, buscamos una interpretación de la experiencia. En vez de hablar de triunfos, queremos conversar sobre propuestas.

Recogemos una guía de aspectos infaltables a la hora de crear un emprendimiento periodístico digital. Proponemos un escenario reflexivo que contenga una tentativa de pasos a seguir, movimientos que aborden desde el pensamiento hasta las nuevas narrativas, pasando por los modelos de negocio, financiamiento y una exploración profunda de costumbres como la innovación periodística, cultura que más que una novedad se configura en nuestros días como una obligación transversal a toda clase de pensamiento. También hablaremos de necesidades tan obvias; pero no por ello sencillas de abordar, como la redistribución de la información y el entendimiento de las publicaciones como un punto de inicio y no un punto final de nuestra labor. Tras una revisión exhaustiva de bibliografías, un ejercicio de análisis de charlas periodísticas que se han atrevido a proponer al emprendedor como el periodista del futuro, estudios de caso, conversaciones con expertos y la experiencia misma, hemos recogido esta serie de puntos, subcapítulos de esta guía que espera seguir enriqueciendo, mejorando, ampliando, redefiniendo, pero sobre todo, transformando el oficio periodístico.

 

De círculos y líneas horizontales: los cambios que provocaron este boom

En estos días de avalanchas de ideas y de preguntas; en este mundo veloz donde no parecieran existir ni las recetas ni los trucos precisos; en este universo incierto donde los periodistas, y otras profesiones que con el pasar de los días se han acercado a nuestro quehacer, nos preguntamos por la supervivencia del oficio, el crear empresa se ha convertido en una de las opciones más viables, no solo ideológicamente, también económicamente, para salvar el periodismo.

Los hechos que alrededor de 1995, cuando las audiencias conocían las primeras páginas de internet, supusieron para algunos la muerte prematura de este, nuestro oficio, y la posibilidad de un renacer futurista para otros, viraron a un presente donde las posibilidades de la expresión son tan infinitas como peligrosas. Sumergidos en un mar de términos donde se entremezclan la tecnología, el marketing, esa jerga tan propia de las industrias culturales, las nuevas manifestaciones de la economía, las narrativas transmediáticas, la innovación y claro está, la comunicación y el periodismo, nos preguntamos: ¿el modelo tradicional del periodismo, está en jaque?

La respuesta se exhibe en un sí contundente: por más de dos décadas los modelos tradicionales vienen en declive, una avalancha que el periodista estadounidense Jeff Jarvis llama “El fin de los medios de comunicación de masas” (Jarvis, J., 2015), y que comenzó con la masificación de internet, tecnología que dotó a los ciudadanos de posibilidades, no solo de acceso a la información, también de producción de la misma; una invención novedosa que le permitió a los anunciantes llegar hasta sus clientes sin la necesidad de contar dentro de la cadena con esos viejos intermediarios llamados medios de comunicación.

Sí, estamos en crisis y hace más de veinte años pasó el momento de asumirlo. Pero, también estamos parados como lo que pareciera ser una vitrina de periodistas indefensos en la mitad de un sinfín de oportunidades que antes no se hubieran presentado frente a nuestros ojos, infinitas posibilidades de reimaginar formas para salvar el periodismo, el momento preciso para recoger lo inerte y convertirlo en algo vivo y palpitante.

Pero, ¿qué necesitamos para esto? La receta incluye ingredientes tan complejos como sencillos, y todos ellos invitan a un cambio indiscutible de pensamiento, a una transformación que se establece como un llamado a la conciencia, a reconocer ese mea culpa de los principios básicos del oficio que hemos olvidado, a una actitud temeraria frente al cambio y a un reconocimiento básico de cuáles fueron las causas que provocaron el nacimiento de este nuevo mundo que en vez de mirar líneas horizontales dibuja círculos dispuestos a reinventarse.
Esos cambios que son un buen punto de partida para comenzar con esta conversación.

Ya evocamos el gran cambio: internet, tecnología que todo lo transformó y en esa parte por el todo no solo se incluyen los medios de comunicación, también están los modelos bancarios, la industria de la música, la pedagogía y las formas de relacionarnos como sociedad. Transformaciones que si bien han teorizado, prematura o actualmente, diferentes autores como el español Manuel Castells (2009), los franceses Paul Virilio (1997) y Michel Serres (2013), el tunecino Pierre Lévy (1999) o los estadounidenses Howard Rhe ingold (1993) y Jeff Jarvis (2015), solo por mencionar algunos ejemplos, podrían encontrar una respuesta rápida, sencilla y no por eso carente de profundidad en lo que el español Genís Roca ha llamado “la sociedad digital”.

Roca, quien lleva más de veinticinco años pensando la sociedad digital, recogió en 2012, durante una conferencia de TEDx Talks (Roca, 2012), varios puntos que nos demuestran, como sociedad, cómo internet modificó no solo nuestras formas de vivir, también nuestras formas de sobrevivir: “es la primera vez que una tecnología altera los sistemas de transmisión y los sistemas de producción de la humanidad” (Roca, 2012), afirma el autor tras comparar a internet con otros momentos tecnológicos que le dieron un cambio al mundo.

Tras ubicar a internet como esa última gran revolución tecnológica, Roca expone los cuatro cambios del conocimiento, las cuatro grandes transformaciones que nos llevan a decir que todo cambió, que se modificaron el tiempo y el espacio, las dos grandes formas de percepción que tenemos del mundo como seres humanos.

Estos cambios que bien podrían ignorarse y observarse como meros discursos académicos comprometen nuestro oficio desde todas sus esferas. Para el periodismo implica otra forma de ver la que es considerada su materia prima básica: la narración de la realidad. El periodista, por su parte, no solo se ve involucrado como individuo, también como trabajador que desde hace más de veinte años enfrenta la necesidad de adaptarse para evolucionar humana y profesionalmente. Y al negocio de los medios como industria lo toca desde la obligación de transformar sus modelos económicos y tecnológicos, nuevas formas de entender su economía que pueden llevarlos a resurgir o a desaparecer. Si nos enfocamos en el cambio de la categoría tiempo–espacio y comparamos el discurso de Roca con el de otros autores como el argentino Pablo Mancini (2011) pueden advertirse semejanzas que reiteran el cambio. Mancini, quien hace más de cinco años nos invitaba a hackear el periodismo, provocación que aún sigue vigente, expresaba:

El tiempo es clave. El divorcio entre la forma del contenido y la nueva temporalidad de la vida cotidiana retiene a los medios en un tiempo de consumo perecedero (…). El tiempo disponible de la audiencia se transforma, se fragmenta y se expande. Internet y la conectividad intersticial son motores y beneficiaros de esos tres procesos simultáneos. Y los dispositivos móviles muy particularmente. El prime time de internet y de los medios digitales está dejando de ser los horarios de oficina, o el tiempo de exposición a una computadora porque la conectividad se expande hacia los espacios transitorios (Mancini, 2011, página 22).

Estos cambios, que pueden verse desde los más estrechos núcleos familiares, hasta en los grandes congresos profesionales, involucran otras formas de vivir, consumir y producir información, contenidos educativos, formación en habilidades, entre otros caminos que pueden entenderse con mayor facilidad en el gráfico “grandes cambios de internet”.

Tras entender estos cambios, observamos que lejos de los discursos de transformación que solo se concentran en los cambios para los medios o en el resurgimiento de nuevas formas de la tecnología expresadas en gadgets e hiperconexiones, es labor del periodista entender ese nuevo mundo desde todas sus dimensiones. Extensiones que nos han llevado a dejar de ser los reyes del monopolio de la información noticiosa, que transformaron a los que hace dos décadas eran nuestros patrocinadores, que nos invitaron a dejar de gozar de una fuente de ingresos única, estable y competitiva; y a entrar a competir por la atención de una ciudadanía sumergida en la avalancha de información que se produce constantemente en línea. Desmoronamiento que Thomas H. Davenport y John C. Beck (2002) llamaron “economía de la atención”, para referirse a los millones y millones de documentos que circulan en las oficinas, el tráfico de internet y los millones de mensajes que fluyen diariamente; un momento en el que capturar la atención se convierte en la gran riqueza de las empresas: a mayor cantidad de información, más complejo será concentrar nuestra atención.

Dentro de este contexto es indiscutible el reiterar que el periodismo cambió y con el oficio los periodistas. Quienes nos dedicamos a hacer periodismo o a contar narrativas de no ficción, debemos enfrentarnos a un reajuste mental, a una actualización de conceptos y a una inyección constante de tecnología con sentido que nos permita entender que para hacer un periodismo de impacto y sostenible es necesario cambiar nuestras formas de narrar y de publicar, proponer nuevos modelos de medios que no dependan de la publicidad, sino de la relación con las audiencias; trabajar de manera colaborativa con otros profesionales y con las comunidades; enfocarnos en el ejercicio de otras acciones diferentes a informar, como pueden ser el inspirar y el servir; y revivir verbos clásicos de la industria de los medios que en algún momento dejamos olvidados en el camino: entretener y educar.

También será fundamental recordar otras transformaciones expresadas en conferencias y conversaciones públicas y privadas por los periodistas franceses Bruno Patiño y Jean François Fogel, ambos maestros de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano –FNPI–, quienes apuntan a la importancia que trae bajarse del pedestal, sumergirse en la cultura digital, generar debates y promover la interacción entre las audiencias, convertirse en un sujeto activo y participante, construir una marca personal y estar en la capacidad de crear, coordinar y potenciar comunidades; toda una adaptación a los nuevos ciclos de la información que trae de fondo una provocadora invitación a crear empresas periodísticas con un reto: la sostenibilidad.

El futuro del periodismo se está construyendo ahora y el nuevo periodista está llamado a dejar de ser solo un reportero, para adquirir conocimientos teóricos y prácticos que le permitan abrir su mente a la creación de medios que se adapten al contexto digital; medios que presten servicios a los ciudadanos y que vuelvan a hacer vigente esa frase tan sonada entre 2017 y 2018 en el film “The Post: los secretos del Pentágono” (Steven Spielberg, 2017) y que invitaba a la prensa a renovar su compromiso de servir a los gobernados y no a los gobernantes.

Es muy probable que el perfil de estos nuevos periodistas aún no esté escrito y mucho menos cerrado con sellos. Pero, de lo que sí podemos estar seguros es que esos guardianes del nuevo periodismo tendrán más rasgos de emprendedores, o de intraemprededores porque también pueden transformar sus propios ecosistemas, que de grandes empleados de un medio masivo de comunicación. Los sueños universitarios han cambiado.

Atender a la innovación como una filosofía de vida, a las audiencias y a los contextos como una posibilidad de creación colaborativa; acostumbrarse a que ya no existen las fórmulas precisas para el éxito, entender los discursos empresariales y las nuevas formas de la economía, pensar en otros vehículos de narración y de transmisión del mensaje que conserven principios básicos como la estética y la realidad, interpretada en esa búsqueda microscópica que llamamos verdad; reconstruir conceptos tan dictatoriales como el de la objetividad y acercarse sin el asco habitual de las formaciones académicas al mercadeo, serán consejos de gran ayuda para encontrar y llevar a cabo un emprendimiento digital.

Grandes cambios que transformaron al mundo

 

Grandes cambios de internet

 


 

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10 tuits para entender este momento del periodismo

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El futuro del periodismo no está escrito. Lejos quedaron los días de fórmulas precisas que garantizaban un modelo económico sostenible y único

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¡Somos ricos en conocimiento y experiencia! La riqueza de saberes que hoy rodean al periodismo debe capitalizarse como un patrimonio que nos demuestra que un posible camino para el triunfo es la hibridación.

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El nuevo periodismo ya no es “one to many”. La ruta donde una sola persona le hablaba a todos, se cerró. Ahora, el periodismo se hace desde la colaboración y la redistribución, desde la verdadera expresión pública.

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Los esfuerzos por buscar las diferentes facetas de la realidad o la microscópica verdad, siguen vigentes. Tanto como la estética. Estos dos pasajes de la historia continúan siendo un norte para el periodismo.

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La innovación no es un discurso alternativo para los nuevos periodistas, es una obligación. El derecho al error nos respalda. Hay que actuar, experimentar, equivocarse y aprender, incluso de la mano de las audiencias: con transparencia.

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Estamos intoxicados de información: infoxicados. Por lo tanto, la nueva riqueza de los medios de comunicación es la atención de las audiencias.

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Existe un secreto para conquistar a las audiencias. Comienza en el buen periodismo y finaliza en cuatro “i”. Inmersión (entrar en la historia), interactividad (ser parte de ella), integración (vincularla con otras) e impacto (la opción de preguntarle).

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Las formas de contar las historias cambiaron y varían según las audiencias. El servicio, la información geolocalizada y humana, las historias en redes sociales y la emoción son alternativas para explorar.

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Tomen nota de estos verbos, antiguos y nuevos, que dibujan el presente del periodismo: informar, educar, entretener, servir, inspirar, interactuar, construir y transformar. ¿Los expresamos en nuestros contenidos?

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Hay que entenderlos, aunque estén en inglés: crowdsourcing, crowdfunding, crowdlending y crowdinvesting. También si están en español: economía naranja. ¿Entendiste? Si no lo hiciste, googlea: nuevos modelos económicos, o sigue leyendo esta guía.

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La innovación: el nuevo paradigma

Lo primero que hay que entender cuando hablamos de innovación, ya sea periodística o enmarcada en cualquier otro ámbito del conocimiento, es que hablar de innovación no equivale a hablar de herramientas tecnológicas y mucho menos de un periodismo hecho para descrestar o deslumbrar con teléfonos celulares, tabletas e incluso la escurridiza realidad aumentada.

Cuando hablamos de innovación hablamos de transformación y, desde el punto de vista periodístico, hablamos de acciones y ejecuciones que conllevan a la sostenibilidad de nuestro oficio. Si bien la tecnología es una gran aliada, si no existen transformaciones en el fondo de cómo hacemos las cosas, nada funcionará; por ejemplo las formas como nos relacionamos con el poder o la inclusión de nuestras audiencias dentro de un discurso de valor.

Esta innovación bien puede darse desde varias rutas, incluyendo ellas el uso de las herramientas tecnológicas, pero teniendo en cuenta siempre un sentido y un principio de oportunidad, como ocurrió con Efecto Cocuyo (Mioli y Nafría, 2007) http://efectococuyo.com/, medio venezolano dedicado a informar sobre política, economía y derechos humanos, que mientras explotaban las opciones en Facebook Live, se consolidaba desde Periscope, extensión de la red social Twitter, como un mecanismo de expresión que mostraba imágenes censuradas e impactaba en actores públicos de opinión que interactuaban con mayor fuerza en esta red social.

Efecto Cocuyo, a diferencia de lo que antes se creía, incluso cuando hablamos de internet, no nació siendo ni un periódico ni una página web con una arquitectura pensada durante dos o tres años. Nació en 2015 como una cuenta de Twitter, espacio digital donde consolidó una audiencia que hoy se reúne en otros escenarios como un canal web y programas en línea enfocados en debates y entrevistas. Se ha sostenido durante más de tres años y sus cifras siguen creciendo, al igual que su reconocimiento internacional como un medio referente de oposición. Entre sus opciones para sostenerse y continuar ejerciendo el oficio, contempla la donación a través de Facebook como un modelo económico. Cualquiera puede donar, solo basta tener una tarjeta de crédito y una cuenta en esta red social.

También puede innovarse desde la mera búsqueda de la verdad, principio tan viejo como el periodismo mismo y que puede expresarse en la oleada de servicios informativos que chequean información de los poderosos, mensajes que circulan en plataformas como WhatsApp e incluso de los mismos medios de comunicación, no solo en Latinoamérica, también en otros escenarios internacionales.

En este caso el secreto es mínimo: reportería, n compromiso con el equilibrio que no necesariamente es comparable con la objetividad, búsqueda de contrastes y una exposición contundente de los hechos. ¿Nada nuevo, no?

En días donde los ejecutivos de ventas están agobiados por las pérdidas y que en vez de realizar un viaje al pasado y recordar los principios sociales para los cuales fueron creados los medios de comunicación, entregan instrumentos de cocina, ropa o accesorios, periodistas atrevidos renuncian a sus trabajos históricos dentro de las redacciones para crear medios y metodologías propias de chequeo de la información.

Tal es el caso de Chequeado http://chequeado.com/, de Argentina, el primer medio independiente de Latinoamérica que se dedicó al fact-checking o verificación del discurso público y que fue ganador, en 2015, del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo en la categoría Innovación. Cuando se conoció la noticia, el jurado destacaba el éxito del proyecto. “La verificación del discurso público es un aporte destacable sobre todo en una sociedad donde la polarización política y social ha deteriorado la calidad de la información que alimenta el debate público”. Para aquel entonces, el comité, conformado por la periodista colombiana María Teresa Ronderos, la costarricense Giannina Segnini y el español Mario Tascón, también afirmaba que el premio se otorgaba por “la sólida y balanceada mezcla de ingeniería y buen periodismo”.

Modelos como el de Chequeado, quienes desarrollaron su propia metodología de trabajo, han inspirado a otros como Lupa, en Brasil; El Sabueso, de Animal político, en México y el Ojo biónico de Ojo público en Perú. En Colombia el modelo todavía puede considerarse naciente y ha encontrado respaldo en alternativas como El detector de mentiras de Whatsapp de La Silla Vacía, y Colombiacheck.

Un dato adicional: Chequeado también contempla entre sus formas de sostenimiento la donación.

Otra forma de innovación es el fortalecimiento de los formatos y la implicación de las nuevas narrativas dentro de los discursos. Puede observarse este fenómeno en emprendimientos reconocidos como Radio Ambulante, proyecto de audio-periodismo que transforma en internet a ese viejo amigo que a su vez cambió a la radio como la conocíamos y que solemos llamar podcasts. No abandona el rigor investigativo de un género como la crónica, pero sí entrega una narración fresca donde los detalles sonoros son claves de la expresión.

Muchos son los puntos que hacen de Radio Ambulante una innovación; pero, pueden destacarse dos frentes fuertes: el formato y la distribución. Esta iniciativa cambió el concepto de radio: una radio sin emisora y hace de las redes sociales uno de sus más fuertes canales de distribución. Asimismo, libera sus contenidos a algunas emisoras clásicas para llegar a más de cien países.

De una manera afortunada para el periodismo, podríamos decir que son cientos los casos de emprendimientos que registran expresiones novedosas dentro de su creación, así que casos como los mencionados anteriormente podrían ser cientos. Basta citar los libros electrónicos Periodismo Innovador en América Latina, (2018), e Innovadores en el periodismo Latinoamericano, (2018), editados ambos por Teresa Mioli e Ismael Nafría, del Knight Center for Journalism in the Américas, para encontrar al menos 40 casos que incluyen entrevistas con sus creadores.

No obstante, en estos emprendimientos también suele evidenciarse algo: la innovación como una apuesta constante que puede ser variable en el tiempo. Para entender este punto haremos un ejercicio, vamos a intentar viajar en el pasado y recordar los primeros medios de comunicación que usaron redes sociales en Colombia para hacer reportería. Acciones como esta hicieron que el diario tradicional El Colombiano, de Medellín, resultara ganador, en 2015, del Premio Inma a Mejor uso de redes sociales, por una técnica que se conoció para aquel entonces como la Twittercrónica, un ejercicio de reportería en tiempo real que usaba la red social para conectarse con las audiencias e investigar con ellas. Luego, a través de un ejercicio de voz coral * , publicaba un artículo periodístico colaborativo en su periódico impreso y en su página web. Hoy, todos los medios de comunicación, nacidos o no nacidos en internet, usan las plataformas sociales como escenarios de reportería y la gran mayoría de ellos incluyen las redes sociales dentro de sus ediciones impresas o digitales.

¿Significa esto que hemos parado de innovar? No. Significa que la innovación es una cultura que debe ser asumida por los emprendedores periodísticos como un estilo de vida, una disposición a renovarse constantemente. Ideas transformadoras que promuevan la innovación como herramienta de desarrollo y sostenibilidad de las empresas periodísticas, a través de la identificación constante de nuevas herramientas, formatos informativos, metodologías y modelos de gestión; todo con el único objetivo de mantenerse vigente y competitivo.


Periodismo, emprendimiento e innovación:
recetas y tips para no perder el sabor

El fenómeno se viene observando desde 2008, cuando un conjunto de iniciativas lideradas por periodistas y otros profesionales que ejercen el oficio comenzaron a crear nuevos medios promovidos por ellos mismos. Todos tenían algunos rasgos en particular: no eran cercanos al modelo tradicional de los medios industriales o grandes empresas de comunicación, internet primaba como plataforma de publicación y entre sus creadores había nombres reconocidos que se empeñaban por cultivar su marca personal. Esta oleada de diferencia fue llamada periodismo emprendedor y desde entonces, vinculada con la innovación, no ha parado de crecer.

Como bien lo ha expresado el experto periodista brasileño, profesor y fundador del Knight Center for Journalism in the Americas, Rosental Alves, en diferentes entrevistas para medios de comunicación y en conversaciones en encuentros nacionales e internacionales de periodismo, pasamos de tener pocos medios masivos de comunicación a tener una masa de medios.

Y es el momento de esta guía donde decimos: no más duelo. Ya sabemos que de la industria periodística desaparecieron los escenarios perfectos. Que hemos pasado por crisis que afectaron los modelos de publicidad; por cambios que transformaron las formas de consumo; que se instalaron otros tiempos, espacios y formatos para producir y consumir información; y que llegaron al mercado otros competidores, no solo emprendedores, también grandes compañías como Google, Apple, Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp y Amazon… Y, si algo tenemos claro, es que vendrán más.

¿Qué hacer entonces? Para los viejos lobos del oficio el escenario parece ser distópico. En las redacciones se encuentran en conflicto las amenazas internas del oficio, los malos salarios que llevan a una constante rotación y la que pareciera ser una pérdida de enfoque de la misión del periodismo. Las audiencias no nos creen y cada vez es más recurrente encontrarse un desprecio frente a nuestra profesión. Y en las universidades, donde se supondría viviría la esperanza, cada vez son menos los estudiantes que quieren ser periodistas… O al menos periodistas como los hemos conocido.

Algunos han nacido del odio, lamentable, que los mismos profesores sienten por el ecosistema de los medios y que en vez de traducirse en potentes palabras que inspiren al cambio y a la innovación, desembocan en frustración y desesperanza.

 

En más de diez años de experiencia como profesora de cátedras de periodismo en universidades bogotanas y antioqueñas he tenido que escuchar los peores comentarios que sobre el periodismo tienen los estudiantes de comunicación social e incluso de periodismo, carrera profesional que es ofrecida por la Universidad de Antioquia. Algunos han nacido del odio, lamentable, que los mismos profesores sienten por el ecosistema de los medios y que en vez de traducirse en potentes palabras que inspiren al cambio y a la innovación, desembocan en frustración y desesperanza. Otros, de la realidad indiscutible que todos conocemos.

¿Y en Colombia? Todavía es extraño sentarse a escuchar experiencias innovadoras de otros lugares del mundo y mapear pocas en nuestro país. Se hace difícil mencionar diez sin caer en las mismas postulaciones. Por eso en esta guía nos dimos a la tarea de buscarlas. No obstante, otras distancias (también podrían ser diferencias) siguen protagonizando las conversaciones periodísticas en bares y cafés.

Basta sentarse con un grupo de colegas dedicados al periodismo digital para encontrar reuniones de apoyo moral en las que, más de veinte años después de haber nacido la primera página web de un medio de comunicación, todavía se considera que el periodismo digital es light, de segunda categoría o que es el reinado de nuevos jóvenes capaces de administrar plataformas tecnológicas, pero no de llevar el oficio con responsabilidad. Este último se establece como un gran paradigma para derrocar: el periodismo innovador solo lo hacen los jóvenes. Después de compartir experiencias en la Escuela de Periodismo Multimedia de El Tiempo, puedo corroborar esa sospecha que muchos colegas hemos tenido: no. El periodismo innovador puede hacerlo cualquier periodista dispuesto a aceptar la naturaleza digital, esa que viene con la flexibilidad, el dinamismo, la velocidad y la capacidad de adaptación al cambio. He visto viejos de 20 años y jóvenes de 70 cuando se trata de enfrentar los cambios del oficio.

Pero los retos no paran y además de venir con el oficio, también llegan con la academia. En las universidades las asignaturas enfocadas a la innovación, las audiencias, el mercadeo y las nuevas narrativas, solo por mencionar algunos ejemplos, todavía siguen siendo electivas y no centro fundamental de los pensum académicos. En algunas ocasiones por decisiones propias de quienes dirigen los pregrados, en otras por el entorpecimiento en materia de acreditación que existe para hacer un cambio estructural frente al Ministerio de Educación Nacional en Colombia.

¿Y la financiación? Esa pareciera ser una gran pregunta. Mientras los sistemas bancarios entorpecen con altos costos tendencias internacionales como el mecenazgo colaborativo, nos preguntamos, ¿de dónde obtener el dinero que nos permita hacer el periodismo que soñamos? Esta será una gran guía para responder a esta pregunta, ya sea desde los ejemplos o desde las sugerencias brindadas por los mismos emprendedores periodísticos.

Pero, ya habíamos dicho ¡basta de duelos! Hasta acá todo futuro pareciera ser una nube oscura. Y entonces aparece la buena o la mala noticia, porque todo esto es un asunto de interpretación: los emprendimientos periodísticos digitales pueden sostenerse. Pero, no se sostendrán a futuro solo por una inyección de capital: tendrán que seguir renovándose y reinventándose todos los días. A diario cambiarán las fórmulas para ser exitosos.

Aparecen entonces las preguntas. ¿Dónde están las buenas ideas? ¿Cómo convertirse en emprendedores periodísticos innovadores? ¿Cuál es ese ADN que debe reinstalarse para ser un periodista innovador?

Ya dijimos que todo comienza con aceptar el cambio y con tener una actitud de adaptación y evolución frente a él; pero, siempre será necesario recordarlo. Además, los periodistas que aprendan a transformarse en emprendedores tendrán que tener otras habilidades, no solo periodísticas, también comerciales, tecnológicas e innovadoras: los periodistas puros son una especie en vía de extinción y, aunque pueda sonar agresivo, peligrosa para el futuro del oficio.

Juan Luis Manfredi Sánchez, profesor de la Universidad de Castilla – La Mancha, España, en un capítulo publicado en el libro Innovación y Periodismo: emprender en la Universidad, el cual titula “El nuevo ecosistema periodístico” (Manfredi Sánchez, 2015), sostiene: “A mi entender, encontramos cinco ejes sobre los que pivotean los proyectos periodísticos de nueva planta. Son los siguientes: la naturaleza de la propiedad empresarial, el entorno digital y móvil, la marca personal del periodista al servicio del proyecto y de la información, la transformación de la propuesta de valor y el empleo intensivo de herramientas vinculadas a las nuevas narrativas”.

Esos nuevos periodistas emprendedores también tendrán que entender que no están ni estamos solos y que en ese cambio en las formas de consumir información, el periodismo también se desdibujó. Hoy, frente a las audiencias, las empresas también informan, al igual que los museos, las universidades y podríamos seguir con una lista interminable de instituciones que en otros momentos no nos representaron una relación diferente a la de periodista – fuente. Por ejemplo, recuerdo que cuando trabajaba para Parque Explora, corporación que en Medellín también administra el Planetario, era recurrente encontrar preguntas en redes sociales que incluían un enlace de un medio de comunicación reconocido y tradicional que hablaba de algún fenómeno astronómico, seguido del cuestionamiento: “¿Esto es verdad?”, la credibilidad estaba dada en la institución como promotora de conocimiento y no en el medio de comunicación, por más que este incluyera fuentes académicas.

También nos informan nuestros amigos, las familias mismas y la intranet de las empresas para las cuales trabajamos. ¿Qué vendrá luego? Interfaces en transformación, nuevas ideas que estamos llamados a buscar con agilidad.

Además de abrir la mente, de entender los cambios y de capacitarse en cosas nunca antes pensadas, el periodista emprendedor también tendrá que entender que agregarle nuevas palabras a ese diccionario llamado vida y profesión no está mal siempre y cuando nos sigamos rigiendo por un principio básico, obvio y no por ello recurrente: la ética.

No debe sentirse ninguna vergüenza frente a palabras como error, experimentación, toma de decisiones y mucho menos frente a palabras como empresas, habilidades y conocimientos comerciales, administración y presupuesto. Lejos quedaron los días donde a los periodistas se nos prohibía mencionar la palabra dinero. Tengo claro en mi memoria que mi anteproyecto de trabajo de grado para optar al título de periodista no incluyó presupuesto porque no era considerado ético pensar en periodismo y “plata”, pese a que el producto final sería el plan de negocio para crear una revista ambiental.

Comenzaré por el error y seré breve: la innovación requiere de la prueba y el error dentro de la cadena productiva. Así que, como bien puede escucharse en cualquier recorrido por las empresas de Silicon Valley: “hay que fallar rápida y frecuentemente”. En el campo de la educación este proceso es conocido como “aprendizaje valido”, del inglés Validated learning, y es la conclusión de un escenario de innovación conocido como lean startup, metodología popularizada en un libro de Eric Ries (The Lean Startup, 2011) que recibe el mismo nombre y en la cual profundizaremos cuando hablemos de métodos para innovar en el periodismo.

Terminaré con la incorporación del lenguaje empresarial dentro del periodismo. Manfredi Sánchez, a quien ya hemos citado, afirma que existen cinco, aunque realmente menciona seis, “malas palabras que los periodistas deben decir sin ruborizarse”, afirma que son: dinero, negocio, mercadeo, ganancias, cliente y anunciante.

Aunque ha sido poco, da cuenta de las tendencias digitales en redes sociales, algunos periodistas hemos tenido que aprender a vivir con el mercadeo. Una convivencia que a ratos se asemeja más a una pulsión de bajos instintos, pero que nos ha enseñado a medir, a definir nuestros públicos, a pensar en las personas a las que dirigiremos nuestros contenidos y el por qué tenemos que explicárselos, a reconocer por qué elegimos este tema para hablar y no otro en público. A entender conceptos como el compromiso y la lealtad. Esa mala palabra nos ha ayudado a alcanzar más audiencias y a servirles mejor, nos ha permitido ayudarles a solucionar sus vidas; pero, ¿qué ha pasado con las demás?

Manfredi aconseja aprender a llevarlas con rigor ético. Entiendo siempre que el buen periodismo es rentable y que la riqueza no es necesariamente el objetivo; el objetivo es la sostenibilidad, aquella que involucra unos principios básicos de sostenimiento, en la cual se involucran ganancias, pero no la riqueza.

Otros apuestan por el cambio de estas palabras por otras cercanas al mismo objetivo pero con resignificados; proponen: recursos, impacto, proyectos, comunidad y aliados.

Cada quien podrá elegir sus propios caminos de nombramiento, lo cierto es que debemos sostenernos y el ejercicio de esa acción trae de por medio la tarea de compartir escenarios con otros saberes que si bien atraen al usuario y buscan ganarse la vida con su trabajo, no necesariamente están encaminados al mismo objetivo. El periodista emprendedor conocerá del negocio, pero entenderá que en ramas como el mercadeo, el prestigio del producto está enfocado a la venta, la facilidad de la misma y la generación de un cobro por ella; para los periodistas la calidad siempre será una razón de ser.


ADN de un periodista emprendedor

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Todos los caminos conducen al Design Thinking y otros métodos para innovar en el periodismo

En el año 2017 tuve la oportunidad de participar en la primera edición de la Escuela InternetLab en Sao Pablo, Brasil. Un grupo de abogados, preocupado por las formas como los periodistas asumimos la tecnología y el uso de internet, lideró esta iniciativa en la que reunió a un grupo de colegas de diferentes lugares de Latinoamérica para hablar de la relación que tenía internet con ramas tan aparentemente diversas como el poder, los discursos de género, el derecho de autor, los crímenes de odio y la manipulación algorítmica.

Muchos de ellos eran emprendedores. Habían creado empresas como Ojo Público, en Perú, medio que ha sido reconocido internacionalmente por su participación en diferentes proyectos colaborativos, contando entre los más importantes la investigación internacional Panamá Papers, a la cual fueron invitados por el International Consortium of Investigative Journalists ICIJ y que fue ganadora, junto con un equipo de 300 periodistas más pertenecientes a otros medios o incluso independientes, del premio Pulitzer. De hecho fue una noche de Escuela en la que Nelly Luna, cofundadora de Ojo Público y quien asistió al encuentro en Brasil, recibió la noticia de que la investigación colaborativa estaba haciendo historia en uno de los certámenes más importantes del periodismo internacional.

También estaba Maximiliano Manzoni Macias, periodista uruguayo que decidió ejercer el periodismo en Paraguay para crear El Surtidor, una plataforma que se concentra en la información visual a la hora de narrar sus investigaciones, la mayoría de ellas interesadas en exponer problemas sociales con un lema que han consignado como “información precisa, desafiante y relevante”.

Lo de desafiante lo sostenían desde una intención casi filosófica de romper con los conceptos impuestos, no solo por la sociedad, también por ellos mismos. Lo de relevante porque ofrecen una posibilidad de ingresar a temas de los que nadie habla en su país y que como periodistas creen deben hablarse. Y lo de preciso porque pese a que se comunican por medio de lo que muchos podrían considerar “muñequitos”, siempre basan sus investigaciones en el rigor periodístico.

Pero, dentro del ramillete de periodistas había más. Sin ser necesariamente una periodista emprendedora, sí podría clasificarse dentro de esa rama poco reconocida, y también necesaria cuando hablamos de emprendimiento: los intraemprendedores, estas personas capaces de innovar al interior de las organizaciones empresariales. Claudia Ocaranza, mexicana, era una de ellas. Experta en visualización de datos, trabaja para la ONG Poder, una iniciativa que desde México busca crear un movimiento ciudadano para la transparencia y la rendición de cuentas en América Latina y que, gracias a las impactantes narrativas que construye y la alianza con otros medios, también alternativos, como Animal Político, ha logrado ocupar importantes lugares dentro de la agenda política de su país. Asimismo, se han convertido en un referente internacional de lo impactante que puede resultar esa alianza entre el periodismo y la investigación.

Éramos más, pero, a todos nos seguían definiendo una enorme cantidad de preguntas por el futuro del oficio. En las largas conversaciones que tuvimos mientras conocíamos casos de éxito que involucraban el periodismo, las narrativas, el uso de internet y el interés público, tales como Lupa News, plataforma de chequeo brasileña; 7iber.com, liderada en medio oriente por la periodista Reem Mohd Nael Almasri y ProPublica, medio que ha revolucionado el periodismo en Estados Unidos por proponer una integración entre periodistas y programadores y abrir debates alrededor del impacto del uso de algoritmos dentro de la comunicación; nos preguntábamos por la innovación.

Ya sabíamos que no era una cuestión de “gadgets” y que mucho menos era expresarse por medio de palabras poco conocidas. Tras debatir horas alrededor de las nuevas tecnologías, concluíamos que innovación no era maquillar lo mismo con una cámara diferente, así como tampoco lo era rediseñar una página web ni dotar las redacciones con los mejores computadores.

Sabíamos que innovar es resolver problemas y necesidades de la gente de una forma más eficaz, principio que apunta a esa necesidad reiterada en este capítulo de contemplar el periodismo como un servicio. Clayton Christensen (Christensen, C.; Skok D. y Allworth, J., 2012), famoso en el mundo por ser uno de los pensadores de la innovación disruptiva, ha afirmado que no solo la tecnología puede provocar un cambio de juego y que conocer las necesidades de la sociedad puede regalarnos oportunidades.

También sabíamos entonces que innovar era descubrir nuevas o viejas necesidades; pero, no lográbamos entender cómo abordarlas. Presos de esa habilidad periodística que a veces se convierte en un peligro, esa de poder verbalizarlo todo pero no ejecutarlo, nos preguntábamos por la fórmula para convertir todas estas necesidades en algo real.

Esta situación, si bien se presentó en Brasil, podría suceder o estar sucediendo en cualquier otro escenario en el que entre colegas nos sentemos a hablar de innovación. ¿Cuál es la fórmula para convertir las buenas ideas en realidad? Para superar ese embudo en el que a veces parecemos sumergirnos hay varios caminos que abordan desde la planeación hasta la ejecución. Tantos como empresas mismas, porque si bien existen algunos métodos generales, otras empresas se han preocupado por crear sus propias rutas para descubrir, investigar, idear, prototipar y evolucionar.

No obstante, dentro del entorno periodístico parecieran existir dos metodologías reinas a la hora de ayudarnos a encontrar y diseñar más rápido las propuestas de valor que nos lleve a encontrar el verdadero significado del verbo: la acción. Son tan exitosas porque, precisamente, se relacionan con esa nueva misión del periodismo: servir, y ponen al usuario como centro de la experiencia. Esta filosofía es conocida como user centric.

La más famosa de ellas es el Design Thinking, metodología defendida internacionalmente, entre otros periodistas, por la brasileña Mariana Santos, CEO de la iniciativa Chicas poderosas. También está el Lean Startup, que se basa en el error como mecanismo de aprendizaje y de la cual prometimos un desarrollo con anterioridad. Estas dos formas de trabajo se han popularizado por el mundo para incentivar la innovación y el emprendimiento. Pero no quiere decir por ello que no existan más. Podrían existir tantos métodos como empresas, así que para el periodista emprendedor esta también es una invitación, una provocación, un llamado para que construya su propia forma de trabajo.

Por lo pronto, en la tarea de iniciarse en este mundo presentamos estos dos caminos de trabajo que podrían ser usados tanto a la hora de impulsar un proyecto empresarial, como a la hora de crear una nueva sección o una nueva rama de negocio de ese emprendimiento.

 

Todos los caminos conducen al Design Thinking

Lo primero que vale la pena destacar es que el Design Thinking es un método de innovación que se centra en la experiencia del usuario. Seguirlo, además de potenciar la creatividad, también puede ayudarnos a encontrar:

• Nuestro público objetivo.
• Entender las necesidades de ese grupo.
• Hacer “lluvias de ideas” que nos permitirán encontrar soluciones a esas necesidades.
• Probar prototipos y equivocarse rápido para saber si algo funcionó o no.
• Y repetir y adaptar las soluciones hasta que coincidan con las necesidades planteadas inicialmente.

Grandes empresas creativas han tomado este método no solo como una iniciativa de trabajo, también como una filosofía, la misma que es promovida por el mundo por figuras como Tim Brown, profesor de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Stanford y CEO de Ideo, que desde 2008 está hablando sobre el tema. A continuación presentamos la receta que contiene este método.

EMPATIZAR: APRENDER DE LAS AUDIENCIAS

La acción de ponernos en los zapatos del otro, para este caso, nuestra audiencia. Este momento requiere de un valor no frecuente en el periodismo del pasado: humildad. Te sorprenderás con las cosas que puedes detectar cuando intentas pensar como un lector y no como un dictador del contenido.

Tips: observe la realidad, realice entrevistas, aprenda de la audiencia para la cual está trabajando y experimente de primera mano lo que viven los usuarios. A partir de estas vivencias detecte sus necesidades, problemas y deseos.

DEFINIR: CONSTRUIR UN PUNTO DE VISTA BASADO EN LAS NECESIDADES DE LAS AUDIENCIAS

Una vez conocida la experiencia del problema, es necesario comenzar a reducir el enfoque al máximo para encontrar la verdadera esencia del problema al que le queremos dar solución. En el mercadeo suelen usar las palabras: identificar el dolor, y son bastante ciertas. Es en este punto donde determinamos las áreas de oportunidad para buscar una solución innovadora. Debemos escribir el problema y especificar los desafíos que intentamos resolver.

Tips: según lo recomienda el mismo Tim Brown, el problema y los objetivos deben concentrarse en tres grandes vértices: lo realizable (recursos: materiales y tecnológicos), lo viable (financiación y vías de negocio) y lo deseable (audiencia de interés).

IDEAR: IMAGINAR SOLUCIONES CREATIVAS

¿Hemos escuchado las palabras “lluvias de ideas”? Seguramente sí. Este es el alma de esta etapa de este método. Si en su equipo de trabajo hay diversidad de roles, disciplinas y personalidades, probablemente el idear resulte siendo una actividad más enriquecedora. Es el momento donde intentamos idear soluciones para ese problema que hemos identificado. Según Brown, la ideación atraviesa dos momentos: el de la inspiración, donde se reconocen el problema y la oportunidad; y la ideación propiamente, el espacio las nuevas ideas se someten al criterio de los demás.

Tips: la clave en esta etapa es fomentar la participación y reconocer que todos los puntos de vista son válidos. Es importante promover la participación del equipo, sin coartar ideas por muy descabelladas que estas puedan parecernos.

PROTOTIPAR: DARLE VIDA A UNA O MÁS IDEAS

Este es el momento en el que pasamos de una solución imaginada a una tangible. Se deben elegir algunas de esas ideas claves y probarlas, ya sean contenido, metodologías, formas de promoción, entre otras. Suelen recrearse en esquemas visuales ya sean videos, maquetas, infografías o animaciones. Estos prototipos deben seguir la lógica de lo realizable, lo viable y lo deseable.
Tips: hay que ponerse en acción: crear. Algunas ideas pueden ser los mapas mentales, a través de estos se pueden establecer conexiones. Un prototipo no tiene que ser ni caro ni perfecto, solo debe de ayudar a enfatizar en una solución.

EVALUAR: INTERACTUAR CON EL PROTOTIPO

Llega el momento de testear el prototipo. Se sugiere que sea puesto en circulación una vez se haya terminado. Quienes lo vean podrán ser nuestros propios compañeros, amigos e incluso redes sociales. Lo que nos interesa es su retroalimentación, para conocer rápidamente cómo podemos mejorarlo.

Tips: deje que el prototipo rote y reciba retroalimentación. Sea humilde y entienda que en este punto puede darse cuenta de que no logró una buena definición del problema ni una satisfacción. Si esto ocurre, aprenda de los errores y vuelva a comenzar.

Lean Startup: equivocarse rápido y de manera económica

Como habíamos mencionado con anterioridad, esta metodología se popularizó luego de que Eric Ries lanzara un libro que llevaba su mismo nombre y que invitaba a entender las ideas o propuestas de valor de los negocios como una hipótesis.

En algunas organizaciones este método y el Design Thinking suelen convivir en estrategias mixtas de trabajo que por lo general se entremezclan entre el prototipar y el evaluar. Esta mezcla resulta bastante interesante para el periodismo porque en días donde los cambios son acelerados y los planes de negocio tienen el poder de morir mucho más rápido de lo que nacen, el probar y medir puede resultar bastante significativo; además permite agilizar la innovación orientada a la experiencia de usuario.

Sin mayores misterios, el Lean Startup no es otra cosa que presentar un producto mínimo viable en el mercado, analizar la respuesta y comprobar si valida o no la hipótesis por la cual fue lanzado. Con esta metodología de trabajo el periodista emprendedor podrá:

• Realizar pequeños experimentos antes de diseñar un plan de negocio para un producto o servicio.
• Presentar un mínimo producto o servicio viable en el mercado.
• Comprobar rápidamente si los supuestos o hipótesis de un producto o servicio son válidos, sin pasar por etapas de desarrollo de un plan de mercado y de venta a un anunciante (marketing).
• Descubrir cuáles servicios o productos periodísticos pueden tener éxito en el mercado y cuáles no.
• Recolectar datos e ideas que permitan modificar los productos o servicios antes de lanzarlos definitivamente al mercado.

Empresas como General Electric, Toyota, Ideao, Idealab y Neo, trabajan con este modelo que invita a diseñar, medir y aprender. Esta es la receta del Lean Startup.

IDEAR

Realiza una lluvia de ideas sobre los productos o servicios que quieres lanzar al mercado.

CONSTRUIR: CONVIERTE LAS IDEAS EN PRODUCTO

Vamos a aterrizar en acciones más concretas. En este punto se hace necesario definir cuál es el mínimo producto viable que queremos tener en el mercado. En el periodismo puede ser desde una nueva sección en un emprendimiento, hasta una página de tendencias en Facebook, una cuenta de chequeo en Twitter o un blog, solo por mencionar algunos ejemplos. Es importante que tengas clara la hipótesis de creación de valor que tiene ese producto para tu empresa y, desde un comienzo, tener claros los aspectos o las funcionalidades mínimas que deseas medir de este producto.

Tips: Para crear la hipótesis se recomienda una herramienta llamada Canvas -en la cual profundizaremos posteriormenteque nos permite encontrar oportunidades de negocio y propuestas de valor.

CREAR EL PRODUCTO

Llega el momento de la acción. Se desarrolla y se da vida al mínimo producto viable que queremos tener en el mercado.

MEDIR: ENTIENDE CÓMO REACCIONAN TUS AUDIENCIAS

Una vez materializado el producto mínimo viable, se llega el momento de ponerlo en el mercado. Deja que otros lo lean, lo estudien, lo usen, interactúen con él y obsesiónate con medir lo que más puedas. El mundo digital es maravilloso cuando nos enfocamos en la palabra métrica.

Tips: nunca olvides tu propuesta de valor. Es importante tener claro qué es lo que queremos medir, cuáles son esos datos estratégicos con los cuales queremos medir la innovación, qué aprenderemos de ellos.

RECOLECTAR LOS DATOS

Tomar la métrica que sea necesario para entender cuál fue el impacto de ese mínimo producto viable en el mercado.

APRENDER: CORRIGE O DEJA QUE SIGA PIVOTEANDO EN EL MERCADO

Llega el momento de las preguntas. ¿Era el producto lo que estabas esperando? ¿Qué puede mejorarse de él? ¿Qué aprendiste de este proceso? Lee con atención el feedback que acabas de obtener y traza los cambios que sean necesarios para mejorar el mínimo producto viable y vuelve a comenzar.

Tips: si el mínimo producto viable no funciona o no le interesa a nadie, no hay problema. Puede modificarse u olvidarse, al fin de cuentas ya hemos aprendido algo.

 


¿Y los modelos de negocio?
Una mirada rápida a las metodologías para crear modelos de negocio

Si bien metodologías como el Design Thinking y el Lean Startup son fundamentales a la hora de potenciar la innovación, los periodistas emprendedores siempre tendrán que preocuparse por construir un plan de negocio. Es clave entender que este puede y debe ser variable y que no es un documento de 50 páginas que se enmarca para pegarse en la pared como si de una deidad se tratara. Es una guía, pero no una única verdad escrita sobre las rocas.

Varias organizaciones nacionales como Innpulsa, otras locales y algunas internacionales, suelen dedicar espacios de formación, algunos de ellos incluso gratuitos, para ayudarles a los emprendedores a crear modelos de negocios. No obstante, para no dejar por fuera este importante punto a la hora de emprender, en esta guía incluimos algunos aspectos significativos que pueden servirte a la hora de crear el plan de negocios de tu emprendimiento digital.

• Cuando hablamos de un plan de negocios es cuando realmente ponemos a prueba ese aspecto básico del ADN del periodista emprendedor que dice: tienes que preocuparte por el negocio. Con la planificación llegan las cifras, los presupuestos y los estudios de viabilidad.
• Para buscar inversionistas y financiadores, la viabilidad económica y la rentabilidad son aspectos que deben estar presentes en la planeación.
• Modelos como “Canvas”, del cual hablamos anteriormente, pueden ayudarnos en la planificación de nuestro negocio antes de recurrir a ayudas profesionales o incubadoras. Incluso, es probable que cuando acudas a ellas también te hablen de él

Modelos Canvas: un lienzo para encontrar oportunidades empresariales

En el año 2011 Alexander Osterwalder e Yves Pigneur (2011, Generación de modelos de negocio) propusieron un modelo que se ha convertido en una plantilla de renombre internacional: se le conoce como Canvas o lienzo y resume un modelo de negocio en un solo formato. Lo que ha llevado a Canvas a convertirse en un modelo tan famoso es que aborda los puntos y preguntas que hay que resolver antes de comenzar a crear un plan de negocio. Son nueve cuadros los que deben llenarse, pensando en el futuro de tu emprendimiento. Comencemos.

  • SOCIOS CLAVES

    • ¿Quiénes son nuestros socios claves?
    • ¿Quiénes son nuestros proveedores claves?
    • ¿Qué recursos claves estamos adquiriendo de nuestros socios claves?
    • ¿Qué actividades realizan nuestros socios claves?

    Motivaciones para realizar alianzas:

    • Optimización y economía.
    • Reducir riesgos e incertidumbre.
    • Adquisición de recursos y actividades particulares.

  • ACTIVIDADES CLAVES

    • ¿Qué actividades clave requiere nuestra propuesta de valor?
    • ¿Cuáles son nuestros canales de distribución?
    • ¿Cómo es nuestra relación con nuestros clientes?
    • ¿Cuáles son nuestras fuentes de ingresos?

    Categorías:

    • Producción.
    • Solución de problemas.
    • Plataforma / Red.

  • RECURSOS CLAVES

    • ¿Qué recursos claves requiere nuestra propuesta de valor?
    • ¿Qué recursos claves requieren nuestros canales?
    • ¿Qué recursos claves requieren nuestras relaciones con los clientes?
    • ¿Cuáles son nuestras fuentes de ingresos?

    Tipos de recursos:

    • Físicos.
    • Intelectuales (marcas, patentes, derechos de autor, datos).
    • Humanos.
    • Financieros.

  • PROPUESTA DE VALOR

    • ¿Qué valor estamos entregando a los clientes?
    • ¿Cuál problema estamos ayudando a resolver?
    • ¿Cuál necesidad estamos satisfaciendo?
    • ¿Qué paquetes de productos o servicios estamos ofreciendo a cada segmento de clientes?

    Características:

    • Novedad.
    • Desempeño.
    • Personalización.
    • “Ayuda a hacer el trabajo”.
    • Diseño.
    • Marca/Status.
    • Precio.
    • Reducción de costos.
    • Reducción de riesgos.
    • Accesibilidad.
    • Conveniencia / Usabilidad.

  • RELACIÓN CON LOS CLIENTES

    • ¿Qué tipo de relación espera establecer y mantener con cada uno de sus segmentos de clientes?
    • ¿Qué relaciones hemos establecido?
    • ¿Qué tan costosas han sido estas relaciones?
    • ¿Cómo se integran con el resto de nuestros modelos de negocio?

    Ejemplos:

    • Asistencia personal.
    • Asistencia persona dedicada.
    • Autoservicio.
    • Servicios automatizados.
    • Comunidades.

  • CANALES

    • ¿A través de qué canales nuestros segmentos de clientes quieren ser alcanzados?
    • ¿Cómo los estamos alcanzando ahora?
    • ¿Cómo están integrados nuestros canales?
    • ¿Cuáles funcionan mejor?
    • ¿Cuáles son los más rentables?
    • ¿Cómo podemos integrarlos a las rutinas de nuestros clientes?

    Fases del canal:

    1. Crear conciencia. ¿Cómo creamos conciencia de los productos y servicios de nuestra compañía?
    2. Evaluación. ¿Cómo ayudamos a que nuestros clientes evalúen nuestra propuesta de valor?
    3. Compra. ¿Cómo podemos permitir que nuestros clientes compren productos o servicios específicos?
    4. Entrega. ¿Cómo proveemos servicios posventa? ¿Cómo estamos entregando la propuesta de valor a nuestros clientes?
    5. Posventa.

  • SEGMENTOS DE CLIENTES

    ¿Para quiénes estamos creando valor?
    ¿Quiénes son nuestros clientes más importantes?
    • Mercado masivo.
    • Nichos de mercado.
    • Segmentación.
    • Diversificación.
    • Plataforma múltiple.

  • ESTRUCTURA DE COSTOS

    • ¿Cuáles son los costos más importantes en nuestro modelo de negocio?
    • ¿Cuáles recursos claves son los más cotosos?
    • ¿Cuáles actividades claves son las más
    costosas?

    Su negocio es más:

    • Enfocado al costo (estructura de costos conservadora, propuesta de valor bajo costo, máxima automatización, mucho outsourcing).
    • Enfocado al valor (enfocado a la creación de valor, proporciones de valor premium).

    Ejemplos de características:

    • Costos fijos (salarios, rentas, utilidades).
    • Costos variables.
    • Economías de escala.
    • Economías de alcance.

  • FUENTES DE INGRESOS

    • ¿Por cuál de nuestros valores nuestros clientes están dispuestos a pagar?
    • ¿Actualmente por qué se paga?
    • ¿Cómo están pagando?
    • ¿Cómo prefieren pagar?
    • ¿Cuánto aporta cada fuente de ingresos a los ingresos generales?

    Tipos:

    • Venga de activos.
    • Cargos de uso.
    • Cargos por suscripción.
    • Préstamo / Alquiler.
    • Licenciamiento.
    • Publicidad.

    Precios fijos:

    • Listas de precios, dependiendo de las características, el segmento y/o el volumen.

    Precios dinámicos:

    • Negociación.
    • Gestión del rendimiento.
    • Mercado en tiempo real.
    • Subastas.

Fuente: https://commons.wiki/File:Business_Model_Canvas.png

 

Checklist

checklist de un plan de negocios

Prepárate un café y toma un lapicero. Evalúa y sigue trabajando.

Resumen ejecutivo: debe ser corto, atractivo y bien estructurado. Le permitirá a posibles inversionistas entender tu negocio.

Vistazo de la compañía: presenta el objetivo de la empresa, los productos y servicios que ofrece y las características especiales.

Misión y visión de la empresa: en el mundo de los negocios también se habla del “propósito superior”. Es el punto donde se explica el por qué hacemos lo que hacemos.

Razones de la inversión: momento en el que se define cuánto dinero necesitamos y en qué proyectos lo vamos a utilizar.

Análisis del mercado y la competencia: es el estudio que hacemos de los actores que directa o indirectamente compiten con nuestro producto. En él observamos debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas para nuestro emprendimiento.

Organización: los más clásicos lo conocen como estructura de la organización, otros más arriesgados prefieren hablar de ecosistemas. Suele traducirse en organigramas. A menudo se considera como un plus la variedad de roles y conocimientos que tenga el equipo emprendedor.

Equipo administrativo: experiencia, habilidades y estudios de los miembros del equipo. También es clave a la hora de optar por un financiamiento. Recuerda que existe una palabra clave: la diversidad.

Operación: describe cómo opera tu organización.

Ejecución del emprendimiento: ten una lista clara de las cosas que debes ejecutar antes de que tu emprendimiento comience a generar resultados.

Análisis de riesgo: ten claro cuáles son los riesgos que correría tu emprendimiento, ¿por qué podrías fracasar?

Plan financiero: ahora el periodista se ha graduado como administrador. En este punto debe plasmar la estructura financiera del emprendimiento, realizar un listado de los costos y de las proyecciones financieras. Normalmente, los inversionistas exigen una planeación a cinco años.

 

Twitter

en 10 tuits:

casos que demuestran que los emprendimientos periodísticos digitales no entienden de fórmulas
Comparte estos casos en tus redes sociales usando la etiqueta #GuíaParaEmprederCDR, también puedes referirnos otros casos que conozcas y que creas que pueden inspirar a otros. Si eres docente universitario, estudia estos modelos con tus estudiantes y construye con ellos haciendo uso de las redes sociales.

Proyecto Rosa fue un producto de la @lasillavacia que rescató la lucha de un personaje anónimo integrando géneros periodísticos, propuestas artísticas y campañas virales. Esta iniciativa fue ganadora de un #PremioGabo de la @FNPI #GuíaParaEmprederCDR http://www.proyectorosa.com/

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@eldiarioes utiliza herramientas @creativecommons que le permiten copiar, difundir y remezclar contenidos. Su negocio no se basa en los buscadores, sino en la fidelización de los lectores, la estimulación de la demanda y la difusión de contenidos. #GuíaParaEmprederCDR

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@nowthisnews comenzó siendo solo una landing. Los lectores que ingresaban eran dirigidos a un menú que se traducía solo en redes sociales. Hoy cuenta con secciones, pero siguen conservando su esencia en estas plataformas #GuíaParaEmprederCDR https://nowthisnews.com/

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@pictoline apostó, desde México, a explicar temas complejos y coyunturales por medio de una fórmula exitosa y viral que incluía: comunicación gráfica e inteligente y datos impactantes #GuíaParaEmprederCDR http://pictoline.com/ La clave de su éxito: cualquiera puede entenderlos.

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Desde la @URosario se identificaron dos puntos claves para crear un emprendimiento: la necesidad de narrar las masacres colombianas y la importancia de la georeferenciación en las nuevas narrativas. Así nació @RutasConflicto. #GuíaParaEmprederCDR http://rutasdelconflicto.com/ .

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En días donde nos insisten que el periodismo debe ser corto, otros prefieren apostarle a los formatos extensos. @agenciapublica, en Brasil, ha posicionado el término long-form, para hablar de investigaciones de más de 4 mil caracteres. #GuíaParaEmprederCDR https://apublica.org

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Mujer, poder femenino y periodismo fueron las palabras que @marysaints unió para crear @poderosaschicas, una comunidad que ya llega a diferentes países de Latinoamérica y que trabaja con periodistas emprendedoras digitales. #GuíaParaEmprederCDR https://chicaspoderosas.org/.

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@nomadagt es un medio guatemalteco que fue creado en 2014 y que se considera iconoclasta desde el abordaje de temas que atraviesan el optimismo y el feminismo. Una fórmula que combina estética y enfoque temático. #GuíaParaEmprederCDR https://nomada.gt/.

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@thenib es un medio de comunicación en el que se unen dos potentes apuestas: el cómic de no ficción y la política. Hacen parte de @firstlookmedia, plataforma de periodismo y entretenimiento que ya suma cuatro emprendimientos innovadores #GuíaParaEmprederCDR https://thenib.com.

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@runrunesweb es un medio de comunicación que nació en España http://runrun.es/ pero que se enfoca en el cubrimiento de noticias venezolanas. Combina varias técnicas: el periodismo de datos, las colaboraciones ciudadanas y la investigación. #GuíaParaEmprederCDR

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Audiencias, contextos, tendencias en el periodismo y cambios de internet:
cuatro ingredientes diversos que deben mezclarse en la misma receta

Existen dos palabras que han sido tan reiteradas en el desarrollo de este capítulo que ya podrían establecerse como un mandamiento: comunidad y servicio. Comunidad, porque hemos vuelto a ese principio básico y olvidado del periodismo que dicta que somos servidores de las personas y no unos dictadores. En crear nuestra propia comunidad o comunidades, radica gran parte del éxito del periodismo emprendedor.

Servicio, porque si bien antes de la llegada de internet solo estábamos convocados a informar, ahora el servir es parte fundamental de nuestra razón de ser. Servir desde la explicación y el servicio de guía que prestamos a nuestros lectores; servir desde la identificación de necesidades y la resolución de las mismas a través de información periodística; servir desde el curar contenidos y verificar; y servir desde la mera acción de ayudar.

Pero, para que un emprendimiento periodístico pueda llegar a una óptima identificación de estas dos palabras dentro de su modelo de negocio, tendrá que haber atravesado una serie de preguntas que nos invitan a pensar en eso que Jeff Jarvis (2015) llamó “el fin de los medios de comunicación de masas” y que se traduce en una afirmación que todos los días cobra más valor: el negocio de los medios de comunicación es ahora un negocio de audiencias. Estas audiencias pueden mapearse desde múltiples técnicas, gustos y posiciones geográficas, así como desde tendencias internacionales de consumo que día tras día modifican nuestras formas de relacionarnos con el mundo y, por lo tanto, con la información.

Comenzamos entonces a hacernos preguntas como ¿quiénes son? ¿Quién es nuestro usuario? ¿Dónde está nuestro público? Y no son preguntas para menospreciar pues de su respuesta se deriva el gran cambio pero a la vez el éxito de un emprendimiento periodístico.

Dentro del marco de buenas noticias que existen cuando hablamos de internet, la definición de una audiencia, que si bien puede ser complicada y en algunas ocasiones basarse en la prueba y el error de nuestros productos, es ahora más fácil y económica de lograr. Gracias a herramientas libres como Google Analytics u otras de uso pago como Chartbeat, la medición de las actividades que realizan los usuarios en línea se convierte en un asunto de lectura poco compleja que nos ayuda a conocer nuestro público y sus necesidades, siendo este el camino para resolver sus dudas y comenzar así a reconocer esos lazos fuertes que nos lleven a construir comunidad.

Pero, ¿bastan las cifras? A la acción de medir el periodista emprendedor tendrá que sumarle otra serie de habilidades, el sentido común una de las más destacadas; una capacidad innata para detectar ideas de negocios en campos digitales y análogos, un don casi prodigioso que nos lleve a preguntarnos a cada momento por lugares y formas dónde y cómo se pueden informar. Acompañarán estas descripciones un ramillete de curiosidades, porque deben ser tantas como temas existen, que creen en nosotros un interés constante por las tendencias de información, consumo, mercadeo y tecnología. Estos tres aspectos ampliarán su foco de acción.

La observación de fenómenos locales, incluso barriales y todo ese escenario que se ha conocido en el mundo como “hiperlocalidad” también representa una oportunidad de hacer periodismo de calidad e investigación. En Colombia, a diferencia de otros países, este fenómeno ha sido poco abordado y simboliza una gran oportunidad, esa misma que Jeff Jarvis, en el libro El fin de los medios de comunicación de masas: ¿cómo serán las noticias del futuro?, (2015), ha descrito como una necesidad de acercarse a los entornos y las insuficiencias más inmediatas con que cuenta un ciudadano. Un periodismo que responda a un interés enfocado en la proximidad tanto física como emocional y mental con la información. Este fenómeno, también sugiere Jarvis, podría ayudarnos a entender mejor lo que antes conocíamos como medios de comunicación de masas, los mismos que hoy están llamados a enfocarse en la investigación a gran escala.

“Cuanto más blogs hiperlocales haya para informar de las ciudades en el mercado, menos cobertura tendrán que ofrecer los grandes medios informativos, más noticias tendrán que tratar, y más podrán centrarse las grandes organizaciones de prensa en informaciones e investigaciones a gran escala” (Jarvis, 2015, página 45).

Para finalizar, antes de contemplar una serie de tendencias de la información que hoy apuntan a la consolidación de una audiencia y que año tras año son estudiadas por organizaciones como NiemanLab en el documento Predicciones para el periodismo (2018), vale la pena volver a redundar alrededor de la fórmula que nos acerca a trabajar mejor con nuestras audiencias: no entendernos como un medio de comunicación que se traduce en revistas, periódicos, cadenas de radio, portales de internet o canales de televisión; entendernos como periodistas y entender al periodismo como un servicio para la comunidad.

En 2015, durante una conversación pública en el Festival Gabriel García Márquez en Medellín, cuando se le preguntaba a Jarvis por la fórmula secreta para cautivar esa masa heterogénea que hemos intentado homogenizar bajo el término “millennials”, el periodista y bloguero respondía algo cercano a esta frase: deben escuchar a sus comunidades y entender sus necesidades, objetivos y deseos. Estas pueden ser universales o propias de un territorio en particular.

El autor reiteraba que una vez se entiendan estos vacíos, hay que echar mano de las herramientas con que cuenta internet para ayudarles a esas comunidades a lograr sus metas. Su insistencia era clara: este secreto función para todos los públicos, independiente de cuál sea su generación. Una batalla de frente contra las masas y esa costumbre enraizada por años de entregar a todos los lectores la misma información, de tratar por igual a las poblaciones. Hoy reconocer la palabra individualidad y comunidad, aunque parezca términos contradictorios, puede acarrear un camino indiscutible: el éxito de una empresa periodística.

 

Más allá del video es el rey: algunas tendencias del periodismo que pueden ayudarte con tu emprendimiento

Si es usted de las personas que recibe consejos, acá va uno: guarde estas tendencias en ese disco duro llamado memoria. Podrán servirle a la hora de preguntarse lo que quiere para crear empresa y las formas cómo quiere recorrer el camino que atraviesa esta decisión. Son más; pero hemos seleccionado las que consideramos más importantes para ti.

NUEVOS MODELOS DE NEGOCIO

Hasta los más tradicionales se han atrevido a experimentarlo. Medios como The New York Times, The Guardian o The Financial Times se han arriesgado a cobrar por contenidos. No obstante, han entendido que esta financiación solo es posible si existe un periodismo de calidad. Cobrar por la buena información en internet dejará de parecernos una acción descabellada, para convertirse en una costumbre cotidiana.

INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Cuando ingresamos a las páginas de Facebook de periódicos como El Tiempo en Colombia ya es común que podamos establecer conversaciones con un robot que está entrenado para darnos información personalizada. Esta tecnología, conocida como chatbots, será cada vez más demanda por las audiencias; además, llevará a la máquina a hacer lo que sabe hacer para que los periodistas se ocupen en pensar. Pero la inteligencia artificial no se acaba en los robots, también nos propiciará otros mecanismos para leer grandes cantidades de datos y descubrir en ellos patrones que nos ayuden a contar historias.

HACER DEL MENSAJE UNA CAMPAÑA

En el mercadeo se le conoce como Branded Content, pero podría explicarse como la obsesión de ir más allá de la venta de un producto o un servicio. La estrategia está basada en echar mano del contenido, para nuestro caso periodístico, y emprender campañas que generen valor y notoriedad para la marca. Es en esta categoría donde ingresan campañas enfocadas en temas de género, en defender una población vulnerable, en querer conseguirle una operación a un niño, entre otras. Según NiemanLab, The New York Times puso en marcha cerca de trescientas campañas durante 2017.

VOZ A VOZ Y MÁS VOZ A VOZ

Voa News, plataforma que muchos hemos utilizado para perfeccionar la escucha del inglés, es la mejor muestra de esta tendencia: las noticias cada vez cuentan con más recursos de audio o incluso son leídas. No obstante, los asistentes de mensajería de voz como Alexa (Amazon) o Siri (Apple) también ocupan lugares importantes dentro de la industria de los medios y ese voz a voz, especialmente en Estados Unidos. Empresas como CNN, Bloomberg TV o Fox News ya han comenzado a adaptar sus contenidos a estas plataformas.

LA NARRACIÓN COMO UN CONJUNTODE EMOCIONES

Ya sabemos que las emociones generan acciones y que enfocarse en perseguir estas desde la narración, independiente de cuál sea la narrativa o la plataforma de distribución, es una tendencia internacional. El storytelling sigue conservando su reinado dentro de las tendencias que más buscan las audiencias.

EL CONTENIDO EFÍMERO SE POSICIONA COMO TENDENCIA

Primero fue Snapchat y con esta plataforma llegaron otras alternativas como Instagram Stories. Se publican y pueden desaparecer en cuestión de una hora o de 24, todo es cuestión de las audiencias Este contenido que es streaming, pero que es finito, cada vez logra mejor posicionamiento en el mercado. También se usa en WhatsApp y en Facebook y ofrece la posibilidad de combinar video, imágenes, emoticones, textos, encuestas y gifs.

LAS FUSIONES SON IMPORTANTES

Pueden darse entre medios, entre medios y audiencias, entre medios y empresas tecnológicas, entre medios y artistas y todas las combinaciones que se pasen por nuestra cabeza. Las marcas informativas se deben fusionar cada vez con más organizaciones para lograr una propuesta de valor, un contenido diferencial.

LO “SOCIAL” Y LO “MEDIA” SE SEPARAN

Diarios como The Guardian anunciaron hace ya más de un año que se retiraban de estrategias planteadas por Facebook como los Instant Articles, desarrollo que prometía mejores tiempos de carga de las noticias en el celular y grandes oportunidades para los medios de comunicación. Este fenómeno lo siguieron otros como The New York Times, terminando lo que siempre fue un matrimonio por conveniencia.

Taylor Lorenz, reportera de The Daily Beast, afirmó para el estudio de NiemanLab, que las redes sociales y los medios de comunicación vivirán un divorcio, al menos parcial, separación que comenzó con acciones como la mencionada anteriormente o con registros históricos como las demandas que los medios de comunicación han establecido en contra de Google News en países como Alemania.

En esta nueva realidad, las empresas de medios deberán poner el foco en la creación de contenido por el cual las audiencias estén dispuestas a alejarse de las plataformas sociales. También podremos explorar en narrativas que nos lleven a encontrar lenguajes cercanos a las tendencias que ofrecen estas plataformas: conexión, efímero, divertido, rápido y fácil de producir y consumir son algunas palabras claves.

LA ÑAPA DEL REINADO

El video como formato, el móvil como plataforma de consumo y la colaboración con las audiencias como metodología de trabajo, siguen siendo las coronas de este oficio.

 

Cinco verbos para entender las necesidades de las audiencias

Así como en días pasados se escuchaba decir, tanto en el marketing como en el periodismo: el contenido es el rey; hoy podemos decir “el servicio es el rey”, este se traduce en un contenido dirigido y sobre todo usable por nuestras audiencias. No obstante, antes de seguir patinando en esta reiteración, nos hemos dado a la tarea de clasificar cinco verbos que, según las tendencias, podrían suponer hoy una deuda con las audiencias. Como todo cuando de innovación, emprendimiento y entornos digitales hablamos: podrían ser más. Pero, esta es nuestra penta, nuestra propuesta de sinfonía sagrada.

Verificar: tras un 2017 marcado por las “fake news” -información falsa- como tendencia, el periodismo se ha visto en la necesidad de resolver una demanda de las audiencias: la verificación. Pese a que son muchos los medios que han creado secciones para responder a cadenas de WhatsApp que circulan con buenas o malas intenciones o mensajes en redes sociales con montajes informativos, aún falta más. Cargarse la mochila con acciones y desafíos que lleven a una investigación constante para combatir el rumor, podría ser una buena solución. ¿Cómo y en qué formato? Será la pregunta a responder por parte del emprendedor.

Acercar: en días donde los límites de tiempo y espacio se ampliaron y estrecharon de maneras casi indescifrables, la información periodística parece estar dada no solo para un país en particular, para un mundo. Todos los temas parecen internacionalizarse, alejándose de nuestra propia realidad. Acercar las temáticas a los territorios y encontrar en ese cierre del lente una posibilidad de explicación, identificar las problemáticas globales e incluso los hechos virales en los micromundos de nuestras comunidades, es más que una tarea, una urgencia vital para el reconocimiento.

Entretener: nos volvimos aburridos. Por un momento, vamos a hacer el ejercicio de pensar en el lector. Usted ha salido de trabajar y tras un día pesado llega a su casa, quiere leer noticias y solo se encuentra con textos pesados que proponen imágenes violentas de un mundo que está dispuesto a derrumbarse. ¿Qué tal si entretenemos un poco? El ejercicio de esta acción se ha visto relacionado con lo “light” y con la industria de la farándula; pero, entretener no implica otra cosa que, según la misma Real Academia de la Lengua Española RAE, “hacer menos molesto y más llevadero algo”. Es posible hacerlo con todas las clases de contenido, y la audiencia lo está demandando.

Crear: una de las innovaciones que más demanda a diario el periodismo es la narración. Sumergidas en un mar de información que como lo decíamos al principio de este capítulo “infoxica”, las audiencias demandan a diario otras formas de contar. Que las sorprendan, las emocionen y las hagan recordar. Mire una cámara de frente y pregúntese, ¿qué haría con ella si fuera un pan? Tal vez en el afán loco de responder a esa pregunta puede estar su próximo emprendimiento periodístico digital.

Optimizar: menos es más. Cerrar tanto el foco y leer tan bien a nuestras audiencias que podamos contarles en la noche no solo las cinco noticias más leídas, sino las cinco noticias que a ellas más les interesan es una necesidad pedida a gritos. Periodistas como Arian Tobin, de ProPública, Ernst-Jan Pfauth de The Correspondent y Nathalie Malinarich de BBC News consideran que deben establecerse prioridades a la hora de informar, por encima de los egos y/o favoritismos de los periodistas. Tal vez publicar menos artículos, pero de más valor sea una clave casi evidente que no queremos ver mientras pensamos en los clics.

 

Ocho megatendencias sociales que podrían darnos algunas ideas para crear empresa

En las primeras páginas de este capítulo recordábamos cómo internet cambió el mundo y por ende la forma de relacionarse desde aspectos como la economía. La aceleración de estos fenómenos en los entornos sociales, culturales, económicos y tecnológicos ha provocado una transformación sin precedentes desde la primera mitad del siglo XX, la misma que ha movilizado los países hacia fenómenos como la globalización, hechos que no deberían de ser ajenos a los procesos de la comunicación y de la información.

Son ocho “megatendencias” en total y existen por la fuerte demanda ciudadana que las rodea. Conocerlas, pero sobre todo entenderlas, podría resultar de interés para un periodista emprendedor digital que todavía esté buscando un campo de acción, la necesidad de la audiencia que desea resolver.

Desde el Instituto Tecnológico de Monterrey, en México, se publicó en el año 2009 un libro que reúne estos cambios (Las megatendencias sociales actuales y su impacto en la identificación de oportunidades estratégicas de negocios), las ocho “megatendencias” sociales actuales que pueden generar un impacto o una oportunidad dentro del mundo de los negocios, ya sea desde la innovación, la tecnología, la calidad, la eficiencia o la efectividad. Son estas:

CONSUMIDOR ECOLÓGICO

Es una persona consciente de sus compras. Es sensible a las repercusiones del desarrollo sostenible y el medio ambiente, ya sea en la región en la que vive como en su planeta. Le importa la calidad de su salud y de las comunidades. Suele asumir siete acciones que contribuyen a lograr un cambio para el mundo y que se conocen como las 7R: reflexionar, rechazar, reducir, reutilizar, reciclar, redistribuir y reclamar.

EDUCACIÓN PERSONALIZADA, VITALICIA Y UNIVERSAL

Se entiende como la evolución hacia una educación para la vida, sin fronteras de tiempo ni de espacio. Se traduce en una educación acorde a las etapas evolutivas del ser humano, dotada de mayor calidad y pertinencia, así como de equidad y mayor flexibilidad. Se basa en el desarrollo de capacidades para la adaptación a un entorno continuamente cambiante. Potencia a las personas para buscar, evaluar, utilizar y crear información y conocimiento de manera efectiva. Hace a cada individuo el dueño de su propio futuro.

EL MUNDO, UN GRAN CENTRO COMERCIAL

Es una “megatendencia” que afecta de manera directa al mercado. Se le define como la posibilidad de comprar y vender productos y servicios a nivel mundial en formas rápidas y seguras que se soportan en los avances de la tecnología. El éxito de esta “megatendencia” radica en la capacidad de reunir un gran grupo de personas de manera presencial o virtual alrededor de una acción: la transacción comercial.

GESTIÓN DE BIENES Y GOBERNANZA GLOBAL

Esta “megatendencia” se puede manifestar en dos dimensiones, la primera de orden político y la segunda de orden económico. En ambas intervienen el sector público y el sector privado, tanto en entornos nacionales como internacionales.

La gestión de recursos y procesos implica la relación de áreas industriales, financieras, políticas, sociales y culturales, haciendo de la gobernanza un fenómeno, como la tendencia lo indica, global.

Esta tendencia suele manifestarse en los nuevos valores que estructuran y organizan la sociedad, desde lo político. Y, desde lo económico, en la generación de nuevas estructuras económicas. Es detonada tras lo que se consideran actuales modelos en crisis, por fenómenos como el deterioro ambiental, la desigualdad económica y la inseguridad social.

MERCADOTECNIA PERSONALIZADA

Cuando se habla de este fenómeno también se habla de marketing personalizado, “megatendencia” fundamental en esa guía si insistimos en la necesidad de que los periodistas emprendedores adquieran habilidades provenientes del mercadeo. Su filosofía está orientada a las necesidades individuales de los clientes, a la personalización de lo que necesitan, buscan o pueden llegar a comprar. En esta categoría bien podrían estar los servicios informativos, ya sea desde el punto de vista periodístico o como una alternativa de sostenimiento para una empresa de medios.

NUEVA ESTRUCTURA DEMOGRÁFICA Y FAMILIAR

Puede explicarse en el cambio en la estructura demográfica de los países, ya sea en pirámides poblacionales y/o en el comportamiento de las familias, traducido este en el cambio de roles familiares, los miembros que conforman las familias, las distancias entre las organizaciones familiares, las decisiones de no tener hijos y fenómenos como los matrimonios igualitarios o las adopciones homoparentales.

La “megatendencia” es detonada, entre otros factores, por el nuevo rol de la mujer en la sociedad, el incremento de la migración, el aumento de la esperanza de vida, las nuevas formas y estilos de vida. Su impacto puede verse en áreas como la salud, la nutrición, la vivienda y la educación, desde donde se generan nuevas oportunidades de negocio, ¿Por qué no de información?

SALUD TECNOLÓGICA

Pensar en salud es pensar en tecnología. Según el estudio publicado por el Instituto Tecnológico de Monterrey, la salud utilizará el desarrollo de nuevas tecnologías para resolver problema que le permitan mejorar la calidad de vida de las personas y alargar así el promedio de vida de los seres humanos. Entre los elementos que dan sentido y significado a esta “megatendencia” pueden mencionarse la telemedicina y procesos de E-salud como Google Health, los cuales conectan una necesidad médica con información confiable y de calidad. También podrían estar la nanotecnología y la bioética, solo por mencionar algunos ejemplos.

VIRTUALIDAD COTIDIANA

Esta tendencia nos compromete. Gira alrededor del uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación TIC en la realización de actividades de la vida cotidiana: teletrabajar, hablar por WhatsApp, conectarnos con amigos de la infancia vía Facebook, pedir un domicilio por Twitter, entre otros.

Estas actividades pueden realizarse de manera remota y en horarios poco comunes, también pueden ser colectivas o individuales.

La virtualidad fue promovida esencialmente por la creación de internet y recientemente por la masificación del teléfono celular. Es considerada la “megatendencia” social de mayor crecimiento y el cimiento más claro para un futuro con formas distintas de socialización.

Los elementos claves de esta “megatendencia” son la globalización, la penetración de las TIC y la estandarización de patrones de la vida sobre todo en las urbes medianas y grandes del mundo, y la tendencia a deslocalizar y movilizar.

La virtualidad ha desembocado en fenómenos como el trabajo colaborativo, la educación en línea y la diversidad de formas de expresión.

 


Así puede definirse una audiencia

Arquetipos:

Personalidades que son formadas luego de un proceso de investigación donde se busca identificar las necesidades de los usuarios. Representan a nuestras audiencias reales, sus necesidades, gustos y expectativas. ¿El fin de tenerlos? Poder diseñar mejor una experiencia para ellos.

Ten en cuenta estos consejos
  • Los arquetipos no son personas reales, son personajes ficticios.
  • Los expertos en experiencias centradas en el usuario, campo conocido con UX, afirman que una idea o un negocio debe tener al menos tres arquetipos.
  • Los arquetipos deben responder tres preguntas básicas: ¿Cuáles son las necesidades de ese personaje? ¿Cuáles son sus gustos? ¿Cuáles son sus limitaciones?
  • Es más importante ser precisos en los gustos que certeros.

Un arquetipo recomendado podría incluir los siguientes datos:

Usuario

Perfil de usuario

Nombre:Iván Gómez.
Edad: 33 años.
Formación: Químico.
Una frase que resuma los gustos del personaje ficticio: “Me gusta todo lo que tenga que ver con ciencia, creo que en los detalles artísticos está el valor de su difusión”.
Otra frases que resuman su personalidad:
Extraña la educación concentrada en libros y bibliotecas, pero sabe que internet es un escenario prometedor para la educación y confía en que los jóvenes son responsables en estos escenarios.
Tiene sensibilidad artística, por lo que es cercano a la literatura, no es el científico tradicional que solo piensa en los números y en los laboratorios. No logra encontrar un producto que satisfaga la suma de sus gustos.
Dispositivos o redes donde se informa: cuentas especializadas de Twitter, revistas científicas, Flipboard, páginas web de diseño y libros.
HÁBITOS DE CONSUMO
Medios que consume: internet, celular, redes sociales y medios impresos siempre y cuando tengan un valor en el diseño.
Temas de interés por los que estaría dispuesto a pagar: ciencia, literatura, música, cómic, novelas gráficas, diseño y arquitectura.
Marcas con las que se identificaJotDown, Nature, Netflix, iVoox.
Horas en las que consume información: cuando se despierta, cuando está esperando reuniones, a la hora del almuerzo y después de las 10 de la noche.

 

También podrías intentar un modelo más clásico resolviendo las siguientes preguntas:

 


Modelos de negocio, transformación económica y sostenibilidad

Pese a que esta guía reúne en un solo capítulo algunos escenarios de financiamiento que están dispuestos a invertir en el desarrollo de propuestas periodísticas diferenciales, hablar de los nuevos modelos de sostenimiento económico que involucran a los medios de comunicación es un proceso tan obligante como la innovación misma.

Durante años se ha dicho que el que cambió fue el periodismo e incluso en algunas ocasiones se culpa a las redacciones de las pérdidas y desestabilización del negocio. Si bien es cierta una parte de esta historia, todavía existe una inquietud pendiente por resolver: ¿quién les pregunta a las áreas de mercadeo cómo intentan sobrevivir a este cambio de la estructura del negocio?

Probablemente no haya que buscar más la respuesta al interior de los negocios tradicionales. Ya sabemos que el periodista emprendedor debe preocuparse por estos temas, pero también es importante conocer el escenario puesto que, por responsabilidad nuestra o por cuenta de la crianza caprichosa que hemos recibido, tendemos a repetir los mismos modelos de negocio tradicionales.

Revisemos algunos comportamientos. En el año 2017, en Estados Unidos, la inversión en publicidad digital superó a la que se hizo en televisión. Este mismo fenómeno ocurrió en otras partes del mundo. Cada vez es más recurrente encontrar mayor inversión de pauta en el mundo digital, ya sea en redes sociales o plataformas como Google.

Pero este cambio no representa precisamente una oportunidad para que los medios reviertan el modelo y que ahora en vez de vender publicidad análoga lo hagan en digital. Si bien hace parte del negocio, otros problemas tendrán que enfrentar. Primero, la aniquilación de los intermediarios, pues algunas empresas, solo con una tarjeta de crédito, ya pueden pagar sus propias campañas, crearlas y administrarlas hasta crear una experticia en el tema. En segundo lugar, están las agencias. Pese a que algunas empresas consideran contratar intermediarios para que estos implementen sus campañas, estos intermediarios no suelen ser los medios de comunicación y con recurrencia se concentran en las agencias de publicidad. Tercero: el crear empresas de comunicación digital que compitan con Facebook es comparable con lo que equivaldría a decir “una muerte anunciada”. Algunos negocios lo han intentado y han podido sostenerse durante años, pero, su explosión aún no representa una muestra de éxito. Figuran entre ellas Pera Digital, una red de medios regionales como ElColombiano.com, LaPatria.com, ElPais.com.co, Qhubo.com, entre otros que comercializa servicios digitales entre su red de portales. Y Giga, estrategia de El Tiempo que combina su red de portales con la minería de datos, para vender servicios similares a los que podemos encontrar en Facebook o Google.

Lo cierto del caso sigue siendo que los gigantes tecnológicos, que no necesariamente son creadores de noticias, pero sí distribuidores, siguen acá parando el 70 por ciento de la pauta internacional. Como decía Mauricio Mosquera en el año 2010, periodista antioqueño que fue director del canal de noticias locales Telemedellín, “nos estamos peleando por chichiguas”, palabra muy colombiana usada para referirse a las migajas.

Por último, está la costumbre enraizada y que ahora nos está pasando factura de “regalar lo digital”. Durante años escuché en los medios para los cuales trabajé, cómo periodistas y asesores comerciales vendían páginas de impresos y, como un acto de fidelización, encimaban banners en los portales de internet. Lo último es regalar “valores agregados” en forma de Facebook Live o transmisiones en streaming, esa factura está próxima a llegar. Pero, ¿por qué pagar por algo que siempre se nos presentó como un regalo? Con cariño solía llamar al negocio digital de estos medios “las papas del combo de Mc Donalds”, sospecho que no estaba equivocada.

Tal vez la pauta digital no llegó muerta a los medios de comunicación ni al periodismo, simplemente la asesinamos sin darle al menos la posibilidad de defenderse.

También están los muros de pago, estrategia que en Colombia es apenas una intención. A principios de 2018 el diario El Espectador se lanzó con un primer intento de cobrar por su contenido. Desde 2016 El Tiempo había advertido que también lo haría, pero aún no se lanza. Lo cierto es que todavía tenemos muchos caminos por recorrer y los casos de éxito aún no han sido registrados.

Si tampoco es el modelo de pauta digital, ¿cuál es? Muchos emprendimientos periodísticos digitales ya no dependen de la publicidad. Algunos son sostenidos por organizaciones patrocinadoras internacionales, otros por las audiencias mismas y también están los que se sostienen de las ventas que se realizan desde otros negocios.

Palabras como “crowdfunding” o micromecenazgos han comenzado a volverse cercanas a los periodistas, así como plataformas como Kickstarter y GoFundMe.

Siempre hay alguien dispuesto a pagar o a financiar el buen periodismo y las ideas creativas. Emprendimientos como ProPublica de Estados Unidos, del cual ya hablamos con anterioridad, lo han demostrado. Su modelo de sostenimiento está basado en la donación, bajo la promesa de hacer un periodismo realmente independiente. Según sus mismos creadores, tras la elección de Donald Trump como presidente, sus ingresos aumentaron en un 100 por ciento. ¿Qué es lo más importante? Entender la promesa como un pacto de caballeros.

Además de optar por financiadores, ya sean nacionales o internacionales, los periodistas emprendedores también podrán contemplar otras formas de sostenimiento económico. Te damos algunas ideas:

Crowdfunding: modelo de financiación colectiva que, normalmente, se realiza online. Los patrocinadores, que bien pueden ser audiencias, empresas, entre otros, realizan donaciones económicas para financiar un determinado proyecto. En algunas ocasiones a cambio de recompensas que pueden ser simbólicas o económicas, en otras ocasiones por mero altruismo.

Existen cinco modelos de crowdfunding:

  • Por donaciones: quienes financian el proyecto no esperan nada a cambio.
  • Por recompensas: quienes hacen aportes reciben una recompensa por su contribución, estas no necesariamente se traducen en dinero.
  • Por acciones: quienes participan del negocio se vuelven accionistas de este.
  • De préstamo: también conocido como crowdlending, se trata de una financiación en masa a través de préstamos que luego se devuelven con intereses.
  • De royalties: inversión en un determinado proyecto o empresa a cambio de obtener una parte simbólica o de beneficios.

Crowdequity: es una fusión entre capital de inversión y el crowdfunding. Se caracteriza por ser un modelo que sirve para apoyar startups (empresas de carácter innovador y tecnológico) y emprendimientos, no desde la consecución de servicios sino en la participación final en las acciones de la compañía.

Crowdsourcing: más que un modelo de negocio es un modelo de trabajo que puede traerte buenos resultados. Busca encontrar un objetivo común, un trabajo o un reto del cual se suministran datos de los usuarios, necesidades, plataformas que usa y gustos. La idea es resolver el problema y dar una solución. Se le conoce como trabajo colaborativo. A menudo grandes empresas sacan retos bajo esta modalidad y espera a que otros las resuelvan por ellos. En muchas ocasiones la resolución cuenta con un capital económico dado por la compañía que lanza el reto. ¿Nuestro desafío? Hacer preguntas concretas por la propiedad intelectual y los derechos de autor antes de tomar cualquier decisión.

Intraemprendimiento: no todo en emprendimiento son empresas nuevas. Los medios de comunicación tradicionales bien pueden abrirse a otros negocios propuestos por sus propios periodistas. En esta situación el periodista actuaría como un intraemprendedor y le daría forma a la idea desde la misma empresa. En algunas compañías estos emprendimientos se han convertido en ramas del negocio e incluso en empresas independientes, fenómeno que es conocido como Spin-off. El consejo: claridades desde un comienzo: ¿cuál será tu participación si decides apostarle a este mundo?

Ángeles inversionistas (business angels): no son santos, pero, para algunos podrían llegar a serlo. Los ángeles inversionistas son personas naturales, grupos o empresarios que invierten y apoyan emprendimientos de los que esperan obtener un mayor retorno del que se da en las inversiones tradicionales. Recurrentemente se agrupan en redes de apoyo que son conocidas como “redes de ángeles”.

Fondos de capital semilla: financiamiento que puede ser obtenido en bancos, entidades financieras y/o cooperativas y que busca convertirse en una inyección de capital inicial para la creación de una microempresa o para permitir la consolidación de una actividad empresarial que ya existe. Con frecuencia estos fondos se caracterizan por sus bajos intereses y algunos brindados por gobiernos, por no tener que devolverse.

Ventas de servicios especializados: otras formas de financiamiento pueden encontrarse en la venta de servicios especializados relacionados con la información. Por ejemplo, consultorías sobre moda, cursos de periodismo deportivo o una cátedra de análisis político. También podría hablarse de modelos de negocio 360 donde se involucra desde la venta de contenido (marketing de contenidos) hasta su publicación en las redes de distribución de los medios: canales web, redes sociales, chats de WhatsApp, entre otros. Asimismo, la monetización de formatos de nuevas narrativas como Youtube también podrían representar un cambio para el negocio. Piensa en una narrativa, fortalécela y monetízala, eso sí: siempre debes decirle a tus audiencias cuando un contenido es patrocinado, de no hacerlo, seguramente no te lo perdonarán.

 


Esto que usted está leyendo, cambiará.
Nuevas narrativas digitales

Mientras la tecnología se nos convierte en una obsesión, jóvenes arriesgados toman sus cámaras y comienzan a crear otras formas de narrar que no son estrictamente periodísticas. No es un asunto de tecnología, es un asunto de narración y es en este punto donde debemos concentrar todas nuestras acciones.

Sin formas de contar historias como el storytelling, que potencia el periodismo desde el reconocimiento genuino de la emoción, tal vez no lograríamos conquistar a nuestros lectores quienes pese a integrarse con diferentes plataformas tecnológicas digitales y análogas (fenómeno conocido como transmedia), siguen creyendo en la potencia de una buena narración, una estética firme y sorprendente.

En esta integración está el reto de los periodistas emprendedores, en la búsqueda de esa fórmula mágica en la que de manera asombrosa se unan el rigor, la curiosidad intelectual, la tradicional inquietud de los periodistas y las nuevas formas de narrar. Esa forma premeditada de los contenidos exige creatividad y una adaptación constante a los dispositivos.

Si existe una característica común a los nuevos emprendimientos periodísticos es que han utilizado diferentes y diversas formas de narrar. Han atravesado los caminos del periodismo de datos, de la infografía, del video en su amplia y extensa gama que puede reunir en una misma categoría los documentales con apuestas como las de los “booktubers”, de la visualización del Big Data, de las redes sociales, del cómic y de otras técnicas innovadoras para tratar de concentrar la atención del lector que cada vez afina más su ojo para entender incluso los detalles del diseño.

Pero, ¿han cambiado nuestros géneros tradicionales? La discusión pareciera ser eterna y mientras algunos afirman que hay que enfocarse en la fuerza del formato, otros sostienen que es en el periodismo y que este en esencia sigue siendo el mismo.

El último Manual de Redacción de El Tiempo, publicado en 2017, por ejemplo, señala que esta casa editorial es “consciente de los cambios que ha generado la tecnología en las narraciones tecnológicas. Las aplicaciones, los avances tecnológicos y las plataformas interactivas son parte activa de la cotidianidad de las redacciones multimedia”. No obstante, también sostiene: “que si bien se han creado nuevas formas de presentar y narrar la información, los géneros periodísticos permanecen vigentes en sus definiciones y prácticas; y que son estas mismas las que, al unirse con la tecnología, dan como resultado nuevos formatos y propuestas narrativas”. Mientras avanza la discusión, en esta nube de etiquetas expresamos algunas palabras claves que los periodistas emprendedores deberían tener en cuenta a la hora de hablar de nuevas narrativas.

Periodismo de datos
Gamificación
Inmersión
Interactividad
Integración
Infografías
Visualización
Youtubers
Creatividad
SEO
Marketing
Transmedia
Storytelling
Narraciones 360
Nuevas cartografías
Información
Georreferenciación
Ecosistemas
Etiquetas
Interacción
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Live
Journal Street
Tiempo Real
Hiperlocalidad
Curaduría de contenidos

 

Consejos para tirarse al ruedo y convertirse en un emprendedor digital: conclusiones

  1. Busca lo insólito del mundo, no mires la realidad como todos la ven, infórmate de ella, sé consciente de los cambios y busca cómo tus audiencias los perciben.
  2. Aprende a detectar las necesidades que tienen los lectores. Empatiza con ellos y bájate del pedestal. El periodismo seguirá existiendo, pero, ya no serás más el rey.
  3. Los periodistas emprendedores coinciden al afirmar que los emprendimientos innovadores se apoyan fundamentalmente en el método de Design Thinking: descubrir, investigar, idear, prototipar y evolucionar.
  4. Conocer el mercado y técnicas de mercadeo son habilidades fundamentales del periodista que desee realizar un emprendimiento digital innovador. Se acabaron los días donde la palabra negocio nos producía asco.
  5. Todas las ideas son válidas, lo que importa es que sepas organizarlas y agruparlas conforme a las necesidades de tu audiencia.
  6. Si bien la tecnología no va a resolverte la vida y no es sinónimo de innovación, sí debes de encontrar en ella una aliada para darle respuesta a las necesidades de tus audiencias.
  7. Sé crítico de ti mismo. Aprende cada día, no des nunca un proceso por terminado y pregunta siempre, ¿qué puedo hacer mejor?
  8. Todas las historias tienen un camino, lo mismo los formatos, atrévete a proponer nuevas narrativas. ¿Qué puede pasar? Que no funcionen y que tengas que inventarte otra. Siempre y cuando seas riguroso en los principios del periodismo, no hay problema.
  9. Recuerda que cuando se trata de distribución, muchas veces menos es más, realiza planes que permitan capitalizar la atención de tus audiencias.
  10. Sé diferente, deja de pensar cómo hacerlo y hazlo. Tírate al ruedo.

 


 

Bibliografía y referencias


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